lunes, 7 de septiembre de 2015

Telebachillerato a 35 años de su creación.




Por Lisardo Enríquez L.

Veracruz sobresale en la historia por sus realizaciones en la educación. En estas tierras ocurrieron grandes hechos educativos en el siglo XIX y también en el siglo XX. Muchas glorias se registran gracias al pensamiento y acción de hombres y mujeres que estuvieron a la altura de su tiempo. Sería prolijo enumerarlas, así como dar pormenores de ellas, y no es el propósito de este comentario. De lo que ahora se trata es de destacar, porque es necesario, lo que representa el Telebachillerato como modalidad creada por veracruzanos en el año de 1980.

Después de los años sesenta del siglo anterior, la población en nuestro país creció de tal manera que impactó fuertemente los requerimientos de oferta en todos los niveles del sistema educativo. Pero aunado a lo anterior, subsistía una añeja problemática representada por la existencia de amplias zonas marginadas que además de diversas, geográficamente muchas de ellas eran también dispersas. Esto último constituía una limitante para atender a la población de esas áreas, en primer lugar por los costos que representaba establecer escuelas secundarias y preparatorias en lugares donde la densidad urbana no era tan alta. A partir de 1968, la telesecundaria comenzó a resolver a nivel nacional el caso de la educación media básica.

Para atender las crecientes necesidades de la educación media superior no se podían utilizar los modelos existentes por lo ya dicho respecto a los costos. A nivel nacional no se vislumbraba iniciativa en este renglón. Es entonces cuando coinciden tres factores que dan origen en Veracruz a la actual modalidad de Telebachillerato. Esos factores fueron: un gobierno con apertura para establecer una opción diferente en este campo, el impulso a las televisoras regionales que en nuestra entidad se concretaba en ese momento con la iniciación de operaciones del Canal 4+ del Gobierno del Estado y un equipo de maestros entusiastas y preparados para emprender un proyecto innovador en esta materia.

Así, en el mes de septiembre de 1980 inicia formalmente sus actividades la modalidad de telebachillerato con 40 centros educativos, 43 maestros y 1,400 alumnos. En el diseño del modelo trabajó un grupo de filósofos, académicos y técnicos especializados en educación encabezados por Tomás Rodríguez Pazos y Alberto Ruíz Quiroz. Dicho modelo incluyó tres factores principales: 1. La teleclase; 2. La guía didáctica y; 3. El maestro. En un principio la teleclase consistió en aula tradicional proyectada en el televisor, pero muy pronto se convirtió en una clase dinámica sustentada en movimiento, sonido, imágenes y color.

En los primeros años el TEBA estaba completamente ligado al canal de televisión 4+ del cual utilizaba todo el equipo para la grabación de las teleclases. Fue en 1992 cuando logró contar con estudio propio de televisión y editora de video. Se grabaron miles de teleclases, primero en el plan de estudios de dos años y después en el de tres, pero además se crearon videos educativos como un recurso didáctico más. Para aquellas localidades a las cuales no llegaba la señal televisiva se crearon centros de estudio que utilizaron videocaseteras y videos. Las guías didácticas también se reprodujeron por miles y han sido objeto de diversas transformaciones para su actualización.

En estos 35 años de existencia la evolución ha sido muy importante en lo que a la atención de estudiantes se refiere. En el ciclo escolar 2014-2015 los centros TEBAEV fueron 1,052, los maestros 4,757 y los alumnos 90,057. Este sistema absorbe actualmente al 29.87% de los egresados de secundaria en el estado. Atendió en este mismo ciclo a 337 personas de los 14 Centros de Readaptación Social. Se atienden a la fecha 733 localidades eminentemente marginadas y están becados el 79.19% de los alumnos.


Los maestros, los alumnos y los padres de familia han sido elemento fundamental en la operación de estos centros educativos. El modelo así lo previó desde el inicio. El impacto de esta alternativa de educación superior con el uso de la televisión rebasó las fronteras de Veracruz para ser adoptado en otras entidades federativas como Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Tabasco, Tamaulipas, Hidalgo, Querétaro, Aguascalientes, Guanajuato, Durango y Chihuahua, donde también ha sido muy útil para atender a la población que de otra manera no hubiera podido alcanzar este nivel educativo satisfactoriamente. Ese es Telebachillerato: una opción educativa viable creada en Veracruz.

(Artículo publicado en Diario de Xalapa el 7 de septiembre de 2015.)

sábado, 5 de septiembre de 2015

Los cuentos de David.



Por Lisardo Enríquez L.

Hoy hablaré de David. No del hebreo, del que tocaba el arpa, del que luchaba contra filisteos gigantes como Goliat. No se trata de David el que componía cantos religiosos y salmos. A este de ahora la honda se le convirtió en bolígrafo y con ella escribe cuentos allá por los alrededores de Orizaba. Así es que no es como aquél rey del antiguo testamento. Pero tiene lo suyo y lo demuestra con otras composiciones. Tiene imaginación como aquél, pero la utiliza en una forma diferente. 

Hace algunas semanas llegó a mis manos el volumen de cuentos Un rayo de sol después de la lluvia de la tarde. El autor es el maestro David Nepomuceno Limón, quien caminó durante años por las zonas rurales llevando la luz de la cultura a los niños, y ha disfrutado la bella región de las grandes montañas desde la infancia. Con sus vivencias, con su percepción de la naturaleza- como se puede ver en Una experiencia inolvidable- y con su talento creativo, nos deleita a través de 21 cuentos.

Por el aire es el cuento que ocupa el lugar final de la serie. Hace referencia al paseo que se realiza en el teleférico, un sistema de transporte aéreo con cabinas en movimiento que cuelgan de cables y que transportan a determinada altura, haciendo que quienes lo utilizan gocen de un paisaje encantador. El cuento trata de la abuela que cumple setenta y cinco años. Dos de los nietos le celebran con un recorrido por lugares gratos. La suben al teleférico pero no es ese su mejor entretenimiento. Primero se molesta con ellos y luego perdona el atrevimiento. El autor concluye diciendo que la sonrisa de la abuela se veía como “un rayo de sol después de la lluvia de la tarde”, frase que toma para ponerle título a su libro.

Algunos escritores crean personajes que reflejan su propia personalidad, y no son pocos. Al leer las historias logra sentirse que ahí dentro están ellos mismos. En el ramillete de cuentos de los que aquí se habla se encuentra Remodelación, que si bien describe la ampliación de arterias urbanas para mejorar el tránsito de vehículos, se interna en la subjetividad de Gregorio como protagonista. Lo define como persona de la tercera edad a quien le gustaba escribir anécdotas y relatos de lo que ocurría en el pueblo.

La narración se hace intensa cuando aparece junto a él otro hombre más o menos de la misma edad pero con vestuario de apariencia antigua, de mirada penetrante, que le dijo de manera pausada: “Si usted escribe, haga algo para permanecer en la mente de los demás, no haga de su trabajo un inventario de acciones pasivas desprovistas de emotividad”. Luego nos dice que ese encuentro no sabe si fue   realidad o producto de un sueño. En verdad se trata de una honda reflexión sobre el papel de un ser humano preocupado por su hacer, por la necesidad de trascender. Termina diciendo que se alejaba con la idea de haber tenido contacto con alguien que olía a eternidad. Me parece que este es Gregorio David.


En fin, cada uno de los cuentos que integran el conjunto de Un rayo de sol después de la lluvia de la tarde, tiene un valor, una enseñanza, un misterio, un mensaje y una vivencia que se recrea con los elementos de un bello paisaje. Pero, además, a mí me parece que son textos bien hilados y bien escritos; auténticos cuentos que nacen de un trabajo cuidado y que son pulcros como piezas literarias.