viernes, 29 de noviembre de 2013

Elvia Carrillo Puerto y su lucha por la emancipación de la mujer


Elvia Carrillo Puerto.

Por Lisardo Enríquez L.

Nuestra historia nacional y regional registra nombres y obras de muchos personajes que dedicaron su vida a una causa. De la familia Carrillo Puerto es bien conocido Felipe, aquel que después de sentir como propios los problemas de los indígenas y de informarse de las corrientes de pensamiento entra a la política y llega a gobernador de su estado haciendo una vasta obra en breve tiempo.  Pues en esa familia de catorce hermanos hay una mujer que se llamó Elvia, quien estuvo siempre cerca de su hermano Felipe mientras él vivió, pero que destacó por sí misma en las luchas sociales.

Elvia Carrillo Puerto nació en Motul, Yucatán, el 6 de diciembre de 1878. Desde niños Felipe y Elvia fueron inseparables. Fue en esa época que llegó un sacerdote español llamado Serafín García, quien ejerció una influencia importante en esos dos niños a través de la lectura y la conversación, ya que advirtió en ellos inteligencia y sensibilidad para defender a los desprotegidos. Cuando Elvia termina los estudios de primaria se está convirtiendo en una señorita con cualidades de mujer bella y además inteligente. Se trata de una adolescente poco común, en lugar de conversaciones con los compañeros de su edad prefiere los libros y la música.

Inicia su lucha social y política en 1909 participando activamente en favor de la no reelección. En 1907 su hermano Felipe empieza a publicar el periódico El heraldo de Motul y ella le ayuda en la redacción y corrección de artículos. A mediados de 1912 organiza la primera Liga Feminista Campesina en la cual se discuten temas sobre la tenencia de la tierra, argumentando que debe ser de quien la trabaja. También se plantea que las jornadas de trabajo deben ser de 8 horas, que se debe liberar a los indígenas cuyo trabajo es de peones sometidos, educar a las mujeres para tener los hijos que decidan, así como en su derecho de libertad sobre el amor. Propone igualmente la creación de escuelas rurales en todo el territorio de esa entidad federativa.

En el mes de marzo de 1918 se celebra, precisamente en Motul, el Primer Congreso Obrero de Yucatán organizado por el Partido Socialista del Sureste, en el cual destaca el trabajo de Elvia al incorporar en el temario el punto de “Aceptación de la mujer obrera en las Ligas de Resistencia...” Pugnó por la liberación de la mujer respecto al yugo masculino y de la iglesia, a través de una actividad social y política en las 51 Ligas de Resistencia que logró organizar.
Apoyó a su hermano en el desempeño del puesto de gobernador del estado de Yucatán en todas las tareas concernientes a la mujer, la niñez, la familia y la educación. Cuando Felipe Carrillo Puerto es asesinado vienen largos meses de terror.  Sin embargo, esta luchadora continuará sus tareas, la mayoría de ellas en la ciudad de México. Entre 1930 y 1934 se realizan 3 congresos de mujeres obreras y campesinas en la capital de la República, y es ella la principal responsable de reunir delegadas. En el Congreso de 1931 se suma a la idea de crear una organización exclusiva para exigir el sufragio femenino. Elvia Carrillo Puerto muere a los 89 años de edad, en 1967. Fue condecorada por el Presidente  Cárdenas como veterana de la Revolución Mexicana. Sin duda, una yucateca, una mexicana, excepcional.


A Monique J. Lemaïtre debemos una recreación de la lucha de esta incansable mujer a la que sus amigas llamaban “La Monja Roja del Mayab” porque su religión fue el feminismo, así como a su hermano Felipe Carrillo Puerto le llamaron “Cristo Rojo del Mayab”. La obra de Lemaïtre se complementa con el prólogo escrito por Elena Poniatowska, recientemente designada Premio Cervantes.

Artículo publicado el 26 de noviembre de 2013 en Diario de Xalapa. 

domingo, 24 de noviembre de 2013

El Movimiento Magisterial Mexicano de 2013

Movimiento magisterial en Xalapa, Ver. 





Para Lucas Martínez Torres y Amadeo Pérez Quiroz
En recuerdo de 1971 y 1974.
Por Lisardo Enríquez L.

Habían opinado los expertos, los investigadores, los estudiosos del fenómeno educativo, meses antes de “Las reformas”, que en esta materia no había que simplificar. Pero a mi manera de ver desde entonces las opiniones no importaron, se actuó simplificando a partir de inculpar a los maestros como los responsables únicos de las deficiencias educativas del país. Por supuesto no son los únicos responsables, y tal vez son quienes menos culpa tienen de lo que ocurre dentro del sistema más amplio en el que no hay mucho que sirva de ejemplo a la ciudadanía y menos a los niños y jóvenes que es a quienes debiera estimular.

Miguel Limón Rojas, Secretario de Educación Pública de 1995 a 2000 dijo hace poco más de un año: “...descalificar a la educación pública por las grandes debilidades que existen, por los muchos asuntos que ameritan reprobación y correctivos no tiene que llevar a desconocer el valor del trabajo que realizan decenas de miles de maestros respetables, que hacen su tarea responsablemente en las escuelas del país. Esto no puede ser desconocido”.

 Se habló de mejorar la calidad educativa pero en los hechos se comenzó por hacer cambios en materia constitucional y en general de legislación en sentido opuesto a lo que decían, entre otros, Limón Rojas. La información a través de la televisión ha sido de lo más vil y despreciable por decir lo menos, y algunos  personajes entrevistados se mostraron más como buscapleitos que como altos funcionarios de gobierno. Todas esas actitudes resultaron graves para quienes de momento quedaron arrinconados como el oprobio de la nación: los maestros.

A la población mexicana y a los maestros en particular se les trató como gente de escasa inteligencia. Se dijo que no estaban informados, que no conocían las propuestas. Muchos medios informativos, especialmente las grandes cadenas televisivas, contribuyeron a denostar al magisterio, con intereses muy concretos de una visión empresarial. Quedó demostrado después, en parte por las prisas con que se actuó, que muchos “legisladores” eran los que no conocieron el contenido de aquello por lo que votaron a favor. Votaron por otras razones que debieran aclarar con sinceridad a quienes los eligieron.

A los trabajadores de la educación, como a los de otros sectores, se les ha controlado a través de un sindicato. El gobierno en turno se ha servido de dirigentes sindicales para “controlar a las masas” y algunos lo han presumido a través de grandes concentraciones en lugares escogidos para el lucimiento personal, según conviene al momento. Por supuesto ese servicio ha tenido jugosas retribuciones. Pero en cada sindicato siempre ha habido voces de denuncia. En el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) hubo hace mucho tiempo un movimiento disidente encabezado por el Profr. Othón Salazar. Y han surgido otros que no voy a citar por ahora, algunos de carácter regional o local. Hasta que nace la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación como órgano disidente dentro del propio SNTE, que es la que ha dado la batalla como instancia democrática en varios estados del país, entre ellos Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas durante más de dos décadas, con estrategias que a muchos no les agradan.

Las iniciativas del gobierno correspondientes a este año, cuya finalidad sí advirtieron los maestros, dieron cauce y causa al desbordamiento de la inconformidad. Y no fueron los comunistas, ni el EPR, ni el EZLN, ni intruso alguno el que dio “línea” a los maestros para que dejaran las aulas y salieran a la calle. Fueron las medidas que se estaban emprendiendo en el gobierno. Eso lo saben muy bien quienes defendieron las propuestas reformistas, pero sus declaraciones eran para ganarse a los ciudadanos que realmente estuvieran al margen de estos acontecimientos y que prefieren callar o aceptar las cosas como vienen “para no meterse en problemas”.

Lo cierto es que la protesta del magisterio pidiendo la abrogación de las reformas a los Artículos 3º  y 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como la de las llamadas leyes secundarias, se generalizo por todo el país. No se recuerda en el pasado reciente una movilización de tal magnitud. Este es un movimiento inédito. Es mucho lo que puede decirse a nivel nacional y por entidad federativa. Independientemente de lo que suceda en las semanas y meses por venir, este movimiento, que ha sido inédito, ya quedó registrado por la historia. Como han dicho algunos analistas: después de esto ya nada será igual.

El movimiento no tuvo un nivel más orgánico porque salió de la espontaneidad, pero es mucho lo alcanzado durante su desarrollo. Sobre la marcha surgieron estrategias y coordinación que han demostrado madurez, capacidad, talento e inteligencia de sus actores, no obstante, o a pesar de las tácticas de quienes tienen todo para acallar la protesta. En el estado de Veracruz tal vez sea más inédito que en otros lugares. Un estado donde no se había visto un fenómeno de esta naturaleza: marchas multitudinarias, la Plaza Lerdo “a reventar” en varias ocasiones.
Las marchas multitudinarias se vieron no sólo en Xalapa, sino en muchas otras ciudades del estado, entre ellas Tuxpan, Veracruz-Boca del Río, Orizaba, Córdoba, Minatitlán y Coatzacoalcos, pero no las únicas. Maestros estatales y federales juntos, de todos los sindicatos pero sin siglas y sin dirigentes “formales”. Maestros urbanos, maestros rurales, hombres, mujeres, jóvenes, de mediana edad, adultos mayores. Y la ciudadanía apoyando al sonar el claxon de su automóvil, llevando a los paristas apostados en los edificios públicos donativos como agua para tomar, café, atole, tamales, tortas, víveres para preparar, lonas, etc.
Los maestros del aula a la calle, bajo el sol o la lluvia; caminando o viajando; en marchas, plantones, toma de edificios públicos, de casetas en las autopistas; de guardia o en reuniones; de día o de noche. Alimentándose sin horario, a la hora que fuera posible y con lo que hubiera a la mano. Todo esto después de soportar la soberbia, el desprecio, la burla; de llevar como un estigma la sumisión; después de ser utilizado, engañado, amenazado, mediatizado; enfrentando la inseguridad con temor; arriesgándose a la incertidumbre y a lo que fuera, no obstante el coraje y la decisión que afloró. A quienes se quejaron de ser víctimas de los desmanes de los maestros revoltosos, ¿Les parece cómodo hacer esto? ¿Creen que es sencillo? ¿Piensan que era por gusto? ¿Consideran que había otras formas de mostrar la inconformidad? ¿Cuáles? ¿Con cuáles posibles resultados?

Al iniciar el mes de noviembre esto no ha terminado. Y ahora ya hay víctimas cuyas muertes es importante aclarar. Más allá de este tributo a los maestros de México y de Veracruz en particular, es deseable que quienes han detentado el poder reconsideren su actuación. Los tiempos ya no son para usar los cargos públicos con tanta soberbia, con el nepotismo que ya quedó de manifiesto al darse a conocer los sueldos de muchos “comisionados” (que no son sueldos de maestros) y la larga fila de parientes en plazas de la Secretaría de Educación. Ha llegado la hora de que los funcionarios pasen por evaluaciones para acceder a los cargos, que sean personas con probada solvencia moral y con la formación y capacidad que se requiere para estar al frente de cualquier puesto relacionado con la delicada tarea de la educación. En la Secretaría de Educación Pública hace falta una persona que en algo se parezca a Don José Vasconcelos, al Lic. Narciso Bassols o al escritor Jaime Torres Bodet. Cuando menos en algo.


Artículo publicado el 15 de noviembre en La Jornada Veracruz. 

Novela sobre Felipe Carrillo Puerto.

La Tierra Enrojecida.
Novela sobre Felipe Carrillo Puerto.





Por Lisardo Enríquez L.

De las opciones literarias en que se puede tomar como personaje central a alguien que vivió en la realidad y que tuvo una existencia sobresaliente, el escritor Antonio Magaña Esquivel escogió la novela para recrear pasajes de la vida del político socialista yucateco Felipe Carrillo Puerto. Esta obra se titula La tierra enrojecida  y el mejor aval de su valía es Don Alfonso Reyes, quien dijo que ella: “...ocupa ese tránsito insensible entre la novela histórica propiamente tal y la que llamamos novela de libre invención”. La novela ganó el Premio Ciudad de México en 1951.

 La tierra enrojecida tiene como motivo principal la tragedia de Carrillo Puerto en sus últimos días, cuando los grandes hacendados aprovechan la coyuntura que les presenta la traición de militares durante el gobierno de Adolfo de la Huerta, haciendo que a él, a tres de sus hermanos y a nueve de sus leales colaboradores que lo acompañaban intentando ir al extranjero por el oriente de Yucatán, los capturen, encarcelen y asesinen.

La obra consta de 16 partes y se inicia con la narración de la llegada de un grupo de hombres a un lugar llamado Moctezuma, entre Tizimín y El Cuyo. La idea de estos hombres era llegar a las costas de Quintana Roo para salir a Cuba o a Honduras Británica (Belice). Enseguida se comprende que es Felipe Carrillo Puerto con sus acompañantes.

En el prólogo, Jorge Cortés Ancona dice que Carrillo Puerto fue un hombre del pueblo “. . . que había desempeñado los oficios más diversos, como los de parcelero, arriero, ganadero, trabajador de circo, auriga, ferrocarrilero y otros más. Había sido oficial de las fuerzas de Emiliano Zapata en el estado de Morelos y hablaba maya con total fluidez. Antes que su imagen de hombre alto, de tez clara y ojos verdes, destacaba en el imaginario de la época su carisma de luchador social, de visionario de las mejores condiciones sociales”.

Originario de Motul, Felipe Carrillo Puerto llegó a ser gobernador del estado y en año y medio realizó una obra trascendental: creó la Universidad Nacional del Sureste, así como el Museo Histórico y Arqueológico que serviría para estimular el estudio de las culturas mayas prehispánicas. Durante ese periodo también se construyeron las carreteras a Chichén Itzá y Uxmal y se multiplicaron las escuelas rurales que llegarían hasta los lugares más apartados de ese estado peninsular. Esto sucedió entre 1922 y 1923. En esos años vino a México la joven periodista del New York Times Alma Marie Sullivan, más conocida como Alma Reed, quien tenía como objetivo hacer reportajes sobre lo que estaba realizando el gobierno del estado de Yucatán. Carrillo Puerto y Alma Reed se enamoraron y de ahí surgió la bella composición Peregrina del poeta Luis Rosado Vega, musicalizada por Ricardo Palmerín, que se convirtió en un himno.


La novela La tierra enrojecida constituye un rescate literario de un momento importante en la historia de Yucatán y de México y tiene una profunda claridad narrativa que muestra al personaje central en toda su dimensión humana. Está publicada en 2009 por las instituciones de educación y cultura de aquel estado hermano. La localización es: bibliotecabasica@yucatan.gob.mx y www.bibliotecabasica.yucatan.gob.mx.  

Mi gratitud permanente al maestro Elly Marby Yerbes Ceballos, quien me ha acercado a la producción editorial de su amado estado de Yucatán.  

Artículo publicado el 15 de noviembre en Diario de Xalapa. 

lunes, 11 de noviembre de 2013

Un libro para los maestros. México 2012: La reforma educativa.



México 2012: La reforma educativa.

Por Lisardo Enriquez L.

Con el sello editorial de Cal y Arena, en los últimos meses del  año anterior apareció un libro coordinado por Gilberto Guevara Niebla titulado México 2012: La reforma educativa,  el cual se integró con las ponencias que catorce participantes presentaron en un seminario sobre el futuro de la educación en nuestro país. Los investigadores y expertos en políticas públicas incluidos son: Eduardo Andere, Juan Delval, Roger Díaz de Cosío, Manuel Gil Antón, Julio César Gómez, Otto Granados Roldán, Miguel Limón Rojas, Carlos Mancera, Francisco Miranda López, Carlos Muñoz Izquierdo, Felipe Tirado, Manuel Ulloa, Pedro José Zepeda y el coordinador de la obra.

Este libro se divide en dos partes. En la primera viene una introducción escrita por Guevara Niebla y a continuación los textos preparados por cada uno de estos estudiosos del fenómeno educativo. La segunda parte está constituida por el debate que se dio entre los participantes durante el Seminario citado. Se trata de un texto con puntos de vista diversos, con temáticas complementarias entre sí y donde, al mismo tiempo, se advierte la preocupación por los problemas de la educación y el deseo de contribuir a la clarificación de los mismos.

Entre los datos relevantes que podemos encontrar están por ejemplo los que se refieren a la comparación del gasto por alumno en México y el promedio de la OCDE (a la cual gusta a ciertos empresarios referirse para decir que nuestro país está muy mal en educación, tratando de decir que por falta de preparación y dedicación de los maestros). Pues bien, en educación primaria México gasta por alumno 2,111 dólares (27,231.9 pesos), en tanto el promedio de la OCDE es de 6,741 dólares (86,958.9 pesos). En secundaria México gasta 2,236 dólares (28,844.4 pesos) por alumno, en tanto el promedio de la OCDE es de 8,267 dólares (106,644.3 pesos). No es necesario hacer explicación alguna sobre el particular. Pero no es sólo eso en cuanto a la inversión de recursos económicos: los salarios de los maestros mexicanos son también de los más bajos de la OCDE.

 Uno de los problemas que se mencionan es el del rezago educativo que cada año en lugar de disminuir aumenta. Díaz de Cosío dice que la razón principal está en la deserción en secundaria que es de cerca del 20%, la cual urge reducir. Otro grave problema está en el bachillerato donde desertan o no terminan a tiempo casi el 40% de los alumnos inscritos. En atención a la preparación de los maestros el problema radica en que no se parte de lo que ellos necesitan para su desempeño profesional. Esto mismo ocurre cuando se decide emprender una reforma educativa sin consultarlos. En este último caso el investigador Muñoz Izquierdo dice: “Toda reforma tiene que pasar necesariamente por los profesores, ellos son el vehículo”.

Uno de los expertos en políticas públicas, Miguel Limón Rojas, quien fuera Secretario de Educación Pública de 1995 a 2000, sostiene que “. . .descalificar a la educación pública por las grandes debilidades que existen, por los muchos asuntos que ameritan reprobación y correctivos no tiene que llevar a desconocer el valor del trabajo que realizan decenas de miles de maestros respetables, que hacen su tarea responsablemente en las escuelas del país. Esto no puede ser desconocido”.

Finalmente, el investigador Manuel Gil Antón afirma que “. . .  los españoles están defendiendo la escuela pública que es la que les ha permitido ser y nosotros estamos transmitiendo la idea de que la escuela pública mexicana es un desastre, con profesores ignorantes que necesitan ser evaluados-lo cual es además un error grosero e irrespetuoso-”.

Este libro, por lo tanto, tiene opiniones muy certeras respecto a la situación actual de la educación en México. Es útil para comprender o recordar cuáles son los problemas más significativos en el terreno de la educación. No es un libro con propuestas metodológicas ni técnicas, sino de expresión de cómo estamos, qué nos falta para llegar a mejores planos. Los autores son reconocidos en nuestro país y en el extranjero. Por ello mismo, esta obra contribuye al debate sobre la educación.


 Artículo preparado para el Colegio de Profesores del Estado de Veracruz