martes, 16 de febrero de 2016


Armando Méndez de la Luz. 


Por Lisardo Enríquez L.

Nuestro país y nuestro estado han llegado a momentos que van más allá de lo crítico. Nunca como ahora estuvieron a la vista conductas de personajes en altos cargos políticos y empresariales que hacen lo que quieren sin que haya poder humano que los frene. Protestas van y protestas vienen por acciones arrogantes, equivocadas y sin la consulta a la ciudadanía y no pasa nada. Quienes sufren las consecuencias son los que se defienden y los que protestan. Y es ya muy largo el camino. No hay para cuando. Lo que hace falta es el cambio, pero como se dice, no para seguir igual, sino con personas y acciones que vuelvan los ojos a la población y hagan su trabajo con ella.

Para ser gobernador de Veracruz por los próximos dos años, Movimiento Ciudadano postula como su precandidato a Armando Méndez de la Luz, en quien concurren cualidades sobresalientes. Armando proviene de una familia humilde que se forjó en el trabajo. Su madre Doña Enedina fue una mujer esforzada, inteligente y de carácter y así levantó a sus hijos. Su padre Don Diego mantuvo durante años un expendio de café en el interior del Mercado Jáuregui, en el cual los hermanos, entre ellos Armando, participaron moliendo y vendiendo ese producto al público. Sus hermanos han sido también reconocidos y sobresalientes como estudiantes y como trabajadores: Antonio (+), Diego (+), Carlos, Fidel (+), Ricardo y Othón. Todos ellos, y sus hermanas Irene y María Luisa, se formaron en valores acendrados con sus padres.

Armando tiene un alto historial como estudiante, como maestro y como servidor público a través de muchos años. En todas las escuelas y en todos los lugares de desempeño laboral ha dejado huella de su paso con acciones y obras relevantes. Se trata de un hombre no sólo inteligente, sino además con una alta capacidad y visión para resolver problemas y necesidades. Entre los cargos públicos donde ha demostrado esa capacidad y esa visión están los siguientes: síndico y presidente municipal de Xalapa, secretario de desarrollo económico en el gobierno de Fernando Gutiérrez Barrios,  diputado local y senador de la república, por citar algunos de los más relevantes.

 Junto a su preparación académica y a su capacidad, está su honestidad y su moderación para actuar.  En el acto en el que se presentó públicamente como precandidato en la ciudad de Xalapa, el lunes 8 de este mes, dio un mensaje mesurado sobre sus aspiraciones para ser gobernador. Habló de los problemas de la población con cifras que laceran a los veracruzanos y dijo que son muchos los agravios. En ningún momento lanzó ataques para descalificar a alguien.

Armando estudió administración de empresas en la Universidad Veracruzana, sabe que esta institución de la alta cultura de los veracruzanos es indispensable y tiene que ser apoyada totalmente. Es ahí donde se forman los profesionales que provienen de las clases populares del estado, e incluso de otras entidades federativas. Hizo su posgrado en el Instituto Tecnológico de Monterrey y ha realizado diversos diplomados, actualizando siempre sus conocimientos. Es un lector de primera y un amante del diálogo.


En una ocasión fue representando al gobierno del estado de Veracruz a la Habana, Cuba, a una ceremonia presidida por el Comandante Fidel Castro Ruz. Tomó un lugar en las primeras filas del público y el Comandante dijo en el micrófono: “Que suba Armando”. Hoy, en las condiciones en las que se renovará el poder ejecutivo del estado de Veracruz, nosotros también pedimos que suba Armando, si queremos que haya cambios reales, sin revanchas y sin amenazas a nadie, haciendo solamente lo que debe hacerse aplicando la ley y  tomando en cuenta al pueblo, que no es poco.

Artículo publicado el 16 de febrero en Diario de Xalapa. 

lunes, 8 de febrero de 2016

Ya era hora, Los Cojolites en el teatro del estado.






Por Lisardo Enríquez L.

Así lo dijo Ricardo Perry Gullén, director general del Grupo de Son Jarocho Los Cojolites: “Ya era hora de que ustedes nos vieran aquí”, es decir, en la Sala Grande del Teatro del Estado que estuvo con lleno total este viernes 5 de febrero,no obstante el frío y la lluvia, en un evento programado para celebrar los 20 años de este perseverante grupo de la música tradicional, especialmente veracruzana de las tierras del sur. Este columnista no recuerda con exactitud cuántas veces se presentaron antes en Xalapa, pero hubo una muy importante hace unos años en el escenario de Los Lagos. Ahí también los vimos y los escuchamos.

Los Cojolites son parte de un proyecto más amplio que comenzó a mediados de la década de los noventa del siglo anterior con talleres sobre el rescate y difusión de las tradiciones comunitarias, particularmente en los municipios de Cosoleacaque y Jáltipan, de donde son originarios la mayoría de los participantes. Uno de esos talleres se creó para que niños y adolescentes aprendieran a bailar y tocar el son jarocho.En esos talleres se fueron formando, de quienes permanecieron y mejor aprendieron, Los Cojolites en su primer grupo. De los fundadores, quienes empezaron con el ímpetu infantil, adolescente y juvenil, aún permanecen Noé González Molina, director musical, requinto y voz; Benito Cortés Padua, jarana y voz y Nora Lara Gómez en el zapateado. Actualmente están bien integrados Joel Cruz Castellanos y Gonzalo Vega Hernández y quienes dan mayor sonido con bajo y percusiones.

De esa manera,en 1999 Los Cojolites quedan conformados como grupo de son jarocho listo para dar la batalla. Alcanzan una fuerte difusión y aceptación del público con su primer CDEl Conejo en 2001, en el cual además de ese Son orejón y liviano de El Conejo, no muy interpretado por otros grupos, incluyen otros dos temas que les dan identidad propia: La contradicción y Luna Negra. Pero además hacen una versión propia de El Colás, con un acento en su origen español y árabe.

Y no es sino hasta el año 2008 cuando llega su segundo CD titulado No tiene fin, que nos recuerda Son al son de César Portillo de la Luz cuando dice “el son que no tiene fin”. Luego, en el año 2011 viene su tercer CD Sembrando flores, el cual da título al tema por el que en este momento están nominados al premio Grammy. En 2014 producen su cuarto CD Zapateando, y en fechas recientes el quinto CD de Grupos Somos el Sur, en el que participan grupos descendientes de aquellos que fueron niños y adolescentes, los aprendices, y hoy son los maestros del son jarocho. Estos otros grupos de Somos el Sur dieron a conocer su calidad musical este viernes anterior y son los Grupos Pata de Vaca, Flor de Uvero y Jarocho Barrio, con excelentes interpretaciones para el público xalapeño. Por si algo faltara para redondear el espectáculo de los 20 años de Los Cojolites, trajeron como invitados a los integrantes del Grupo Alebrijes de Tuxtepec, Oax. Estos últimos, de una buena calidad interpretativa también, hicieron una bella versión de El Pájaro Carpintero.

Hubo buenos versos, alternancia en la ejecución de canciones e instrumentos, telares de cintura de la legendaria Cayita con sus aprendices, presentación de refajos con movimiento en el escenario y proyección de imágenes en la pantalla para ilustrar los temas de los sones. Ah, el público se integró en acompañamiento de palmas y cantando esos versos de Sembrando flores que dicen: “Mi mamá me dijo / que sembrara flores / que saliera al campo / a buscar amores”.


Ya para terminar el relato de esta maravillosa jornada hay que decir a los lectores que en Los Cojolites hay estilo propio en lo que es el Son Jarocho, arreglos musicales y canciones originales con letra y música de sus integrantes. Así es que ya era hora, que después de viajar a diversas partes de los Estados Unidos, a varios países de Europa, de participar con sus temas en películas y de ser nominados a premios en el extranjero, finalmente llegaran al foro principal del Teatro del Estado de la Ciudad de Xalapa, en su propia Entidad nativa.

Artículo publicado el 8 de febrero de 2016 en Diario de Xalapa

miércoles, 3 de febrero de 2016






Por Lisardo Enríquez L.

Para Elia y Roberto

En esa joya literaria llamada La tierra del faisán y del venado, Antonio Mediz Bolio escribió: “El indio del Mayab sabe que antes que él, mucho antes que él, otros hombres poblaron su tierra y la hicieron bella y poderosa...Eran hombres santos, llenos de sabiduría”. En la tradición milenaria de Yucatán hay misterio, como en muchas culturas antiguas del mundo. 

Iniciado este siglo, en el año 2001 para ser más exacto, Ernesto Pérez Moguel publicó su obra El último gran relato del Balam Nah, donde nos lleva por los senderos de los conocimientos ocultos de los mayas, enmarcados en el tiempo de la guerra que sostuvieron contra los descendientes de los conquistadores de estas tierras, es decir, desde 1847 a 1850, con una extensión que marca el epílogo hasta 1901.

Balam es el nombre del jaguar, felino muy apreciado por los mayas; esa misma palabra se traduce como hechicero. De acuerdo con los estudiosos,una interpretación sobre la palabra balam refiere un compuesto formado por el morfema “bal” que significa “esconder debajo o detrás de algo” y la partícula “am” que implica un sujeto o actor. Según esto, balam es “el que se esconde, el que se oculta, el misterioso”. Otra acepción dice que bal es del verbo esconder y laam un adjetivo que se traduce como “al instante”, “veloz”, “como de rayo”. Si a ello agregamos que nah es lugar o casa, tenemos que balamnah es “el lugar que desaparece al instante”. Y explicado más a nuestro sentido occidentalizado y profano es un lugar especial, sagrado, donde pobladores selectos van a prepararse en las ciencias y las artes del conocimiento, las cuales abarcan diversos campos.

Pérez Moguel presenta su relato, nombrado por él como el último del Balam Nah, completamente vinculado al desarrollo de la lucha que los diversos grupos mayas llevaron a cabo en contra de sus dominadores, descendientes de europeos principalmente. En esta guerra destacan muchos valerosos mayas, entre ellos Manuel Antonio Ay, Cecilio Chi, Jacinto Pat y muchos otros grandes guerreros que después de haber ocupado con sus huestes la mayor parte de las poblaciones es poco lo que pueden hacer cuando esos tres dirigentes mueren, por lo que finalmente sucumben y quedan nuevamente sojuzgados por sus adversarios colonizadores y por quienes han ido surgiendo como gobernantes de esta nación.
Alicia M. Barabas ha estudiado lo que se denomina movimientos sociorreligiosos en México.  

En su libro Utopías Indias dice respecto a este caso específico: “Los movimientos mesiánicos como la Guerra de Castas, y la totalidad de las rebeliones mayas ocurridas en siglos pasados, son respuestas religiosas y bélicas del grupo oprimido, que intentan a la vez oponerse a la realidad constituida y construir nuevas sociedades-con el auxilio de sus dioses-según modelos propios diferentes a los instaurados por el colonialismo”.

La diferencia con el relato de Pérez Moguel consiste en que éste sugiere la existencia y participación de una organización iniciática (el balamnah) que sostiene con sus principios y fuerza espiritual, no sólo religiosa, las causas e ideología de los guerreros mayas. De hecho, habla de personajes que son el eslabón entre el balamnah y los jefes mayas. Bien sabemos actualmente que hubo este tipo de organizaciones entre los aztecas y en el otro lado del mundo entre los egipcios, por citar dos casos.

Artículo publicado en Diario de Xalapa el miércoles 3 de febrero de 2016.