Por Lisardo Enríquez
L.
Para Elia y Roberto
En esa joya literaria
llamada La tierra del faisán y del venado,
Antonio Mediz Bolio escribió: “El indio del Mayab sabe que antes que él, mucho
antes que él, otros hombres poblaron su tierra y la hicieron bella y poderosa...Eran hombres santos, llenos de sabiduría”. En la tradición milenaria de
Yucatán hay misterio, como en muchas culturas antiguas del mundo.
Iniciado este siglo, en el
año 2001 para ser más exacto, Ernesto Pérez Moguel publicó su obra El último gran relato del Balam Nah,
donde nos lleva por los senderos de los conocimientos ocultos de los mayas,
enmarcados en el tiempo de la guerra que sostuvieron contra los descendientes
de los conquistadores de estas tierras, es decir, desde 1847 a 1850, con una
extensión que marca el epílogo hasta 1901.
Balam es el nombre del
jaguar, felino muy apreciado por los mayas; esa misma palabra se traduce como
hechicero. De acuerdo con los estudiosos,una interpretación sobre la palabra
balam refiere un compuesto formado por el morfema “bal” que significa “esconder
debajo o detrás de algo” y la partícula “am” que implica un sujeto o actor.
Según esto, balam es “el que se esconde, el que se oculta, el misterioso”. Otra
acepción dice que bal es del verbo esconder y laam un adjetivo que se traduce
como “al instante”, “veloz”, “como de rayo”. Si a ello agregamos que nah es
lugar o casa, tenemos que balamnah es “el lugar que desaparece al instante”. Y
explicado más a nuestro sentido occidentalizado y profano es
un lugar especial, sagrado, donde pobladores selectos van a prepararse en las
ciencias y las artes del conocimiento, las cuales abarcan diversos campos.
Pérez Moguel presenta su
relato, nombrado por él como el último del Balam Nah, completamente vinculado
al desarrollo de la lucha que los diversos grupos mayas llevaron a cabo en
contra de sus dominadores, descendientes de europeos principalmente. En esta guerra
destacan muchos valerosos mayas, entre ellos Manuel Antonio Ay, Cecilio Chi,
Jacinto Pat y muchos otros grandes guerreros que después de haber ocupado con
sus huestes la mayor parte de las poblaciones es poco lo que pueden hacer
cuando esos tres dirigentes mueren, por lo que finalmente sucumben y quedan
nuevamente sojuzgados por sus adversarios colonizadores y por quienes han ido
surgiendo como gobernantes de esta nación.
Alicia M. Barabas ha
estudiado lo que se denomina movimientos sociorreligiosos en México.
En su
libro Utopías Indias dice respecto a
este caso específico: “Los movimientos mesiánicos como la Guerra de Castas, y
la totalidad de las rebeliones mayas ocurridas en siglos pasados, son
respuestas religiosas y bélicas del grupo oprimido, que intentan a la vez
oponerse a la realidad constituida y construir nuevas sociedades-con el auxilio
de sus dioses-según modelos propios diferentes a los instaurados por el
colonialismo”.
Artículo publicado en Diario de Xalapa el miércoles 3 de febrero de 2016.
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