Julio Scherer García, fundador de la Revista Proceso.
Por Lisardo Enríquez
L.
La defensa de la libertad de expresión durante
la segunda mitad del siglo XX en México, difícilmente se podría explicar sin el
periodista Don Julio Scherer García, “hombre austero, probo, de convicciones
inquebrantables”, dice Jorge Sánchez Cordero. Desde joven ingresó al periódico Excélsior como reportero y
entrevistador, oficio que no abandonó en ningún momento de su vida. Del 31 de
agosto de 1968 a julio de 1976 fue director de ese diario nacional que dirigió
mediante una política libre, independiente y crítica, fomentando a la vez
publicaciones de carácter cultural en suplementos y revistas.
El 6 de noviembre de 1976
fundó el semanario Proceso, a pesar
de advertencias y amenazas que recibió para su publicación. Entre las revistas
que precedieron a ésta se pueden mencionar Política,
dirigida por Manuel MarcuéPardiñas;Siempre,
dirigida por José Pagés Llergo;Por qué?
y después Por Esto, dirigidas por
Mario Menéndez Rodríguez, entre las que se pueden citar por alguna semejanza
con Proceso. Uno de los colaboradores
de ésta, Rogelio Flores Morales, cuenta que Don Julio le dijo: “Le voy a contar
algo. Cuando salí de Excélsior no dormía. Por las noches sudaba, empapado mi
cuerpo. Tenía el ánimo quebrado. Se lo digo: pensé en el suicidio”. Y es que
lejos de asumir su ejercicio periodístico como adulador del poder político, lo
encaró con libertad, independencia, dignidad y crítica. Pero con una crítica
fundada, basada en la investigación de hechos y realidades.
Realizó entrevistas a lo
largo de muchos años, las cuales están consideradas como exclusivas y
trascendentes, entre ellas a André Malraux, Igor Stravinski, Arthur Miller,
Pablo Neruda, Miguel Ángel Asturias, Carlos Chávez, Martín Luis Guzmán, Alfonso
Reyes, José Clemente Orozco, Diego Rivera, Frida Kahlo, Fidel Castro y muchos
más. Apoyó a intelectuales y artistas, como a su manera lo hizo antes José
Vasconcelos. A los primeros les abrió y brindó espacios para publicar sus
textos, sus opiniones, con entera libertad. A Octavio Paz, por ejemplo, cuando
regresó de la India a nuestro país lo invitó a que editara una revista de
literatura y fue así como apareció por varios años Plural, que se dejó de editar por solidaridad con Don Julio cuando
fue separado de Excélsior. Dejó el cargo de director de la revista Proceso en 1996 y se dedicó más a
escribir libros. De éstos son 22 los que se editaron.
Quienes lo conocieron, en
particular amigos y colaboradores, lo describen como un gran conversador en
temas que siempre eran fundamentales y llenos de contenido; muy ajeno a los
halagos; de una inteligencia sobresaliente; atento alescuchar
a sus interlocutores; amante de la verdad y de la imparcialidad; intolerante
con la mentira, la incongruencia y la traición; generoso, solidario y sensible
ante el dolor de los demás. A sus colegas les recomendaba: “duerma menos y
escriba más”.
Con unas palabras del ex
rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Dr. Ramón de la
Fuente, se puede recuperar en concreto lo que fue el maestro del periodismo Don
Julio Scherer. Lo expresa de esta manera: “Recordar hoy a Don Julio es recobrar
la confianza en la integridad de las personas, en la fortaleza de las
convicciones, en la firmeza del carácter, en el rigor del análisis y el peso de
la crítica; en la independencia y en la autonomía como formas de realización
individual”.
(Artículo publicado el 19 de enero de 2015 en Diario de Xalapa).
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