Por Lisardo Enríquez
L.
Muchos mexicanos que en su
momento aportaron lo mejor de sí mismos para engrandecer a nuestro país, son
desconocidos para las nuevas generaciones. El caso de la obra educativa no es
la excepción. En esta ocasión el interés está en abordar el caso específico del
Lic. y maestro Ezequiel Adeodato Chávez Lavista, nacido en la ciudad de
Aguascalientes en 1868, a quien correspondió dar su mejor esfuerzo entre fines
del siglo XIX y comienzos del XX.
El padre de Ezequiel A.
Chávez se preocupaba por la formación intelectual y moral de sus hijos. Con la
presencia de su esposa, leía en voz alta con frecuencia a ellos. Sin embargo, con el fin de que
tuvieran mayores oportunidades educativas, en 1877 se trasladó con la familia a
la ciudad de México. Tal vez esta acción de su padre hizo que después él se
preocupara porque todos los mexicanos tuvieran también acceso a la educación.
En la adolescencia ingresó a
la Escuela Nacional Preparatoria donde fue alumno de Ignacio M. Altamirano, del
cual expresó: “fue por antonomasia nuestro maestro de amor a México, a la
literatura mexicana y a la historia de México, no pasivamente, por la sola
contemplación, sino activamente, por la palabra, por la pluma, por el
pensamiento y por la acción”. Años más tarde, en esa misma escuela dio clases y
fue maestro, entre otros, de dos jóvenes que luego serían destacados filósofos:
Antonio Caso y José Vasconcelos.
Estudió la carrera de leyes
pero prefirió dedicar su talento a las tareas de la educación nacional. Fue el
colaborador más cercano de tres grandes ministros que dirigieron la educación
de nuestro país: Don Joaquín Baranda, Don Justo Sierra y Don José Vasconcelos.
Baranda le encargó los diseños para 3 reformas fundamentales: la reorganización
de la instrucción primaria elemental; la reorganización de la instrucción
primaria superior y; la reorganización de la Escuela Nacional Preparatoria.
Inspirado en las ideas
pedagógicas del educador alemán Federico Froebel y con el apoyo del ministro
Justo Sierra, Don Ezequiel A. Chávez instauró una de la reformas más
importantes de la educación pública en México: el establecimiento de las
escuelas de párvulos o jardines de niños, que ahora conocemos como el nivel de
educación preescolar. En el mes de enero de 1906 se inauguraron en la ciudad de
México los dos primeros jardines de niños, uno de ellos se llamó “Federico
Froebel” y estuvo a cargo de la Profesora Estefanía Castañeda; al otro se le asignó
el nombre de “Enrique Pestalozzi” y estuvo bajo la dirección de la Profesora
Rosaura Zapata. Estas dos maestras se consideran fundadoras de los jardines de
niños en nuestro país.
Don Ezequiel A. Chávez
realizó muchas más actividades. Fue director de la Escuela Nacional
Preparatoria y de la Escuela de Altos Estudios, así como Rector de la entonces
Universidad Nacional de México. Se considera autor del proyecto para la
creación de la Secretaría de Educación Pública. Escribió libros de geografía y
de civismo y fue traductor también. Falleció en 1946. Por el tipo de vida que
llevó sus familiares cubrieron el cuerpo con un hábito de San Francisco.
Artículo publicado el 12 de junio en Diario de Xalapa.
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