Elvia Carrillo Puerto.
Por Lisardo Enríquez
L.
Nuestra historia nacional y
regional registra nombres y obras de muchos personajes que dedicaron su vida a
una causa. De la familia Carrillo Puerto es bien conocido Felipe, aquel que
después de sentir como propios los problemas de los indígenas y de informarse
de las corrientes de pensamiento entra a la política y llega a gobernador de su
estado haciendo una vasta obra en breve tiempo.
Pues en esa familia de catorce hermanos hay una mujer que se llamó
Elvia, quien estuvo siempre cerca de su hermano Felipe mientras él vivió, pero
que destacó por sí misma en las luchas sociales.
Elvia Carrillo Puerto nació
en Motul, Yucatán, el 6 de diciembre de 1878. Desde niños Felipe y Elvia fueron
inseparables. Fue en esa época que llegó un sacerdote español llamado Serafín
García, quien ejerció una influencia importante en esos dos niños a través de
la lectura y la conversación, ya que advirtió en ellos inteligencia y
sensibilidad para defender a los desprotegidos. Cuando Elvia termina los
estudios de primaria se está convirtiendo en una señorita con cualidades de mujer
bella y además inteligente. Se trata de una adolescente poco común, en lugar de
conversaciones con los compañeros de su edad prefiere los libros y la música.
Inicia su lucha social y
política en 1909 participando activamente en favor de la no reelección. En 1907
su hermano Felipe empieza a publicar el periódico El heraldo de Motul y
ella le ayuda en la redacción y corrección de artículos. A mediados de 1912
organiza la primera Liga Feminista Campesina en la cual se discuten temas sobre
la tenencia de la tierra, argumentando que debe ser de quien la trabaja.
También se plantea que las jornadas de trabajo deben ser de 8 horas, que se
debe liberar a los indígenas cuyo trabajo es de peones sometidos, educar a las
mujeres para tener los hijos que decidan, así como en su derecho de libertad
sobre el amor. Propone igualmente la creación de escuelas rurales en todo el
territorio de esa entidad federativa.
En el mes de marzo de 1918
se celebra, precisamente en Motul, el Primer Congreso Obrero de Yucatán
organizado por el Partido Socialista del Sureste, en el cual destaca el trabajo
de Elvia al incorporar en el temario el punto de “Aceptación de la mujer obrera
en las Ligas de Resistencia...” Pugnó por la liberación de la mujer respecto
al yugo masculino y de la iglesia, a través de una actividad social y política
en las 51 Ligas de Resistencia que logró organizar.
Apoyó a su hermano en el
desempeño del puesto de gobernador del estado de Yucatán en todas las tareas
concernientes a la mujer, la niñez, la familia y la educación. Cuando Felipe
Carrillo Puerto es asesinado vienen largos meses de terror. Sin embargo, esta luchadora continuará sus
tareas, la mayoría de ellas en la ciudad de México. Entre 1930 y 1934 se
realizan 3 congresos de mujeres obreras y campesinas en la capital de la República,
y es ella la principal responsable de reunir delegadas. En el Congreso de 1931
se suma a la idea de crear una organización exclusiva para exigir el sufragio
femenino. Elvia Carrillo Puerto muere a los 89 años de edad, en 1967. Fue
condecorada por el Presidente Cárdenas
como veterana de la Revolución Mexicana. Sin duda, una yucateca, una mexicana,
excepcional.
A Monique J. Lemaïtre
debemos una recreación de la lucha de esta incansable mujer a la que sus amigas
llamaban “La Monja Roja del Mayab” porque su religión fue el feminismo, así como
a su hermano Felipe Carrillo Puerto le llamaron “Cristo Rojo del Mayab”. La
obra de Lemaïtre se complementa con el prólogo escrito por Elena Poniatowska,
recientemente designada Premio Cervantes.
Artículo publicado el 26 de noviembre de 2013 en Diario de Xalapa.
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