viernes, 26 de diciembre de 2014

Los conceptos de Erich Fromm en nuestros días.




Por Lisardo Enríquez L.

De las lecturas que se van acumulando en nuestra memoria a lo largo de la vida, hoy tocan a la puerta insistentemente los conceptos expuestos por el psicoanalista social Erich Fromm en su obra. Entre El corazón del hombre y Tener o ser, dos libros que hoy cobran la mayor vigencia, hay una sustancia sobre lo que es el hombre y respecto a lo que en estos días ahoga tremendamente la vida humana. En el primer caso el autor nos remite a dos conceptos opuestos del hombre ante la existencia: la biofilia como tendencia o amor a la vida, por un lado, y la necrofilia que es el amor a la muerte.

Las tendencias necrófilas se relacionan con los instintos más negativos de la especie. Lo que está sucediendo con los fundamentalistas árabes y lo que ocurre en nuestro país con bandas delincuenciales turbias deja una estela de horror y luto en muchos hogares, además de destrucción del tejido social.Los mexicanos no habíamos tenido los niveles de anulación de la vida en la forma en que ha venido ocurriendo en los años más recientes. Fromm destaca dos características sobresalientes de la actitud necrófila: su tendencia hacia el uso de la fuerza y su amor por el control, los cuales conducen a convertir la vida en muerte.

En cambio, el amor por la vida es no solamente un puro instinto de conservación, sino la búsqueda de protección y valoración propia y la de nuestros semejantes, en lo que es la conciencia de interdependencia humana, así como de relación y respeto con todos los seres vivientes y con la tierra. Fromm va del individuo a la sociedad, dice que el amor a la vida se desarrollará más en una sociedad en que haya seguridad, justicia y libertad, en el sentido de que no estén amenazadas las condiciones básicas para una vida digna, que nadie pueda ser un fin para los propósitos de otro (s), y en donde todo individuo tenga la posibilidad de ser un miembro activo y responsable de la sociedad, respectivamente.

En Tener o ser, Fromm analiza otros dos conceptos también opuestos. El tener se refiere a una forma de vida en la cual lo importante para los individuos es buscar medios materiales que después de una cierta acumulación se convierten en un desenfrenopara lo que se quiere, consiguiéndolo muchas veces a costa de los demás y de lo que sea. La forma de vida basada en el ser parte de tomar en cuenta lo mejor de nosotros mismos como personas, es decir, no ambicionar riquezas materiales y vivir de acuerdo a lo que es razonable,permitiéndose un margen para cultivar aquellas características que son propiamente humanas: lo afectivo, el intelecto, los sentimientos, el amor, la solidaridad y en general el desarrollo como personas. En nuestro medio, una amplia cantidad de personas no tienen pleno acceso para su propio desarrollo porque existen graves desequilibrios sociales, en tanto unos pocos viven de la ostentación, de la acumulación material sin límites, con recursos que no se pueden obtener de manera lícita.


El autor hace referencia a personajes de la historia donde predominan las tendencias necrófilas, especialmente el caso de Adolfo Hitler que gozaba con la destrucción y la muerte y quien, por supuesto, tenía otros problemas de personalidad. Ya no le tocó referirse por ejemplo a los dictadores golpistas de América del Sur. Hoy tendría nuevos y distintos materiales para enlazar el carácter necrófilo con el tener, que vemos predominar en la esfera pública contra el amor a la vida y las legítimas aspiraciones a ser de quienes luchan por una sociedad igualitaria y democrática.

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