miércoles, 22 de abril de 2015

Campo Nuevo








Excursión a Achotal. 
Alumnos de la Escuela Primaria Benito Juárez.  
 Campo Nuevo, 1970.


                                           









  Jugando futbol.
  Alumnos de la Escuela Primaria Benito Juárez.
                       Campo Nuevo. 1970.                                                                                  








Por Lisardo Enríquez L.


Es indudable que cada comunidad tiene sus propias características, sus valores, su razón de ser. A quienes en determinadas circunstancias nos ha tocado la suerte de conocer algún poblado ajeno a nuestro origen y permanecer en él cierto tiempo, es seguro que mucho nos ha dejado en experiencia y recuerdos. Si el compromiso de quienes hemos llegado a un lugar así tiene que ver con un servicio social, lo deseable es que nosotros también le hayamos  dejado por lo menos algo positivo.

Este texto se refiere a la Congregación y ejido cuyo nombre es Campo Nuevo, perteneciente al sureño municipio de San Juan Evangelista, Veracruz, ubicada a ambos lados de la carretera transístmica, a poco más de treinta kilómetros de la Ciudad de Acayucan. A esa comunidad llegué en el mes de noviembre de 1969, a iniciarme como profesor del sistema estatal en la Escuela Primaria Rural “Benito Juárez”, donde me desempeñé durante 2 años.

Se trataba de una escuela donde había 4 profesores que a mi llegada sumaron 5. En la redistribución de grupos se asignaron los de quinto y sexto grado a quien esto escribe. Ni los locales de trabajo ni el mobiliario permitían la actividad conjunta, por lo que establecí dos horarios, uno por la mañana para sexto y otro por la tarde para quinto. El diagnóstico sobre el nivel de aprendizaje de los alumnos demostró que esa diversificación de horarios haría posible un mejor avance al terminar el ciclo escolar. Yo lo constaté, pero años después un directivo de mis años de estudio profesional me recriminó que yo estaba en contra de las propuestas didácticas que se habían promovido en la escuela normal.

En realidad los alumnos reflejaban serias deficiencias en matemáticas y a eso dediqué especial atención, sin descuidar las demás áreas del programa ni las actividades en las que como maestro entusiasta preparado en la normal veracruzana debía participar. Por cierto, nunca fui un alumno destacado en matemáticas, ni ha sido una ciencia que en lo personal prefiera. Estoy convencido de que hice lo que tenía que hacer y que los alumnos mejoraron mucho. Algunos de ellos me decían “el matemático”.

Campo Nuevo era una comunidad heterogénea en su composición poblacional. Aunque había una buena cantidad de pobladores que provenían de localidades cercanas como Soconusco, había otros que llegaron de lugares como Yecuatla, de este mismo estado, pero otros más vinieron de Michoacán y de otros estados. Todos ellos se establecieron ahí porque les dieron una parcela en el ejido cuando el gobierno lo conformó.

Por supuesto la mayoría de los niños que asistían a la escuela eran hijos de los campesinos de esta localidad, pero los había de otras localidades, entre ellas de la Colonia “Nicolás Bravo”, más conocida por sus habitantes como Apompal, de Medias Aguas, donde hay hasta la fecha una estación del ferrocarril, y de ranchos vecinos. Quien ha sido profesor sabe bien que trabajar con los niños (o con los adolescentes y jóvenes) es una actividad que se disfruta mucho y en la cual todos los días uno es el primero que aprende muchas cosas.

Los recuerdos son innumerables. Del Apompal iban en esos años los hermanos Pavón, Agustín y Alfredo, dos niños inteligentes y estudiosos. También Blanca, una niña ya crecida y muy estudiosa, a quien su mamá llevaba todos los días a la escuela caminando aproximadamente 2 kilómetros, y también la iba a traer a la salida de clases. De Medias Aguas iba Estanislao, un niño con formas de conducta urbanas a quien los niños campesinos aprendieron ciertas cosas como el juego de futbol, pero que tenía dificultades de adaptación, a las cuales di tratamiento personal con buenos resultados. De la localidad era Isaí, quien no mostraba al comienzo mucho interés por el estudio; después de explicarle a su papá que no era por falta de inteligencia, hubo un cambio importante.Recuerdo muy bien a Armando Mateo, un alumno que pasó unas vacaciones en el pueblo en que nací.


 En 1970 mis alumnos y yo pudimos ver lo grandioso que es un eclipse de sol y un poco lo estudiamos. Organizamos al aire libre prácticas relativas a pruebas de carreras de atletismo y encuentros de futbol entre ellos. Hicimos, con voluntarios, una excursión caminando al pueblo de Achotal, distante más o menos 10 kilómetros, para estar en el río que hay ahí y regresar por la tarde en el tren.Y mucho más que puede ser relatado en otro momento.


Celebrando el Día del Niño. 
Alumnos de la Escuela Primaria Benito Juárez. 
Campo Nuevo. 1970. 


Artículo publicado el 20 de abril de 2015 en Diario de Xalapa. 

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