domingo, 22 de septiembre de 2013

Sensibilidad ante los reclamos sociales.

Manifestación de maestros en Xalapa, Ver. 


Por Lisardo Enríquez L.

El poeta, ensayista y Premio Nobel de Literatura Octavio Paz renunció a su cargo de embajador de México en la India a raíz de los hechos sangrientos del 2 de octubre de 1968. En febrero de 1970 publicó su libro Posdata, en el que entre otras muchas cosas dice: “Hubiera bastado con oír lo que el pueblo decía a través de las peticiones juveniles; nadie esperaba un cambio radical pero sí mayor flexibilidad y una vuelta a la tradición de la Revolución mexicana, que nunca fue dogmática y sí muy sensible a las mudanzas del ánimo popular”.

Hoy, ante los reclamos del magisterio nacional hace falta demostrar capacidad de negociación auténtica por parte del gobierno federal. Se insiste en que los maestros inconformes son una minoría y en que están desinformados. No es así. Las evidencias son claras. Han sido largos años en que unos cuantos deciden por la mayoría. Nuestra nación debe saltar a formas democráticas reales en donde haya participación efectiva de todos.

Los voceros hablan de reforma educativa en la que está plasmado el interés de la mayoría de la población. No es así. A los únicos que se consultó para elaborar las reformas a la constitución y para hacer las llamadas leyes secundarias es a los integrantes del llamado pacto por México. Tan sencillo que los profesores puedan ser partícipes de lo que se debe hacer, ello por supuesto da mayor legitimidad al propio gobierno y además está previsto en las normas. Se repite con insistencia que los derechos no sufren alteración alguna. Pero el contenido de la ley, ahora promulgada, dice otra cosa. Por otro lado, se intenta enfrentar a los ciudadanos con los maestros de muy diversas maneras.

Hay aquí una forma de entender el principio de autoridad como decisión unilateral que viola las leyes a las que se apela. En el problema que se está viviendo en estos días están involucrados los intereses económicos y de personalidad de grupos muy fuertes de los partidos mayoritarios, de agrupaciones empresariales y de quien o quienes aconsejan las reformas. Destacan aquellas personas que llaman a la represión del magisterio que hoy protesta, las cuales pertenecen precisamente a esos partidos y a quienes habrá que responsabilizar desde ahora de hechos que pudieran afectar la integridad física de los docentes en cualquier lugar del país, individual o colectivamente.


El Dr. Roger Díaz de Cosío, funcionario de la SEP en varias administraciones, en una de sus más recientes aportaciones dice: “Se trata como niños a los maestros, a los niños y a los jóvenes: se les dice con gran precisión lo que deben hacer, en cada hora de clase, todos los días del año escolar. No se les da tiempo para que ejerzan su propia iniciativa”. ¿No sería mejor comenzar de esta manera lo que podría ser realmente una reforma educativa, generando metodologías en donde alumnos y maestros puedan tener iniciativas propias, aprendiendo realmente a pensar y a ser creativos, por ejemplo? Estas decisiones no corresponden realmente a la mayoría de los mexicanos.

(Artículo publicado el 13 de septiembre de 2013, en Diario de Xalapa)

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