lunes, 28 de julio de 2014

Rosario Sansores en la poesía, el cuento y el periodismo.


Rosario Sansores Pren.  

Por Lisardo Enríquez L.

Por las vivencias que tuvo en su niñez y adolescencia en el norte del país y en el sureste del mismo, José Vasconcelos decía que a sus compañeros del norte les interesaban las actividades prácticas, mecánicas y las relacionadas con el dinero, en tanto que los del sureste deseaban sobre todo ser grandes poetas. De lo segundo mucho se puede ver en las mujeres y los hombres de aquella región, como es el caso de quienes son originarios del hermoso Yucatán. En la Ciudad de Mérida, precisamente, nació María del Rosario Sansores Pren, en el año de 1889.

Desde que era una niña le dio por escribir. Escribía versos apasionados que en primera instancia sus padres le prohibieron. Después se dieron cuenta que era inútil impedírselo porque continuaba haciéndolo. Ya en su adolescencia publicó poemas en periódicos como el Diario de Yucatán y en revistas. En poesía se le publicaron libros de 1911 a 1951, entre ellos Del país del ensueño, Las horas pasan, Cantaba el mar azul, La novia del sol, sombra en el agua y Polvo de olvido. Escribió crónicas y temas sociales en periódicos y revistas de la Ciudad de México, de Yucatán y del extranjero. En el periódico Novedades se inició como colaboradora con su columna Rutas de emoción en 1939 y así se mantuvo hasta poco antes de morir en enero de 1972.

El Gobierno del Estado de Yucatán le publicó en la Biblioteca Básica de Yucatán en 1911, la antología de cuentos Diez años de juventud, publicada por primera vez en Editorial IMPA, México, en 1946. El texto está integrado por un total de 26 cuentos que de acuerdo con la crítica de Ruskin Chádez “tienen un inmenso caudal literario tanto en la forma como en el contenido”. En Rosario Sansores se advierte una influencia de Cervantes y de Goethe, así como del movimiento literario del romanticismo. En todo caso, como ha citado el estudioso peninsular Rubén Reyes Ramírez, esta obra “pudiera ubicarse en una forma de postmodernismo neorromántico”. Los temas giran en torno a la melancolía, la mujer, el amor, el suicidio, la nostalgia.

De su producción poética vinieron canciones en diversos géneros. Ernesto Lecuona preparó en bolero Palomita blanca; con música de Ricardo Palmerín se compuso la danza Se esfumó de mi vida que grabó en Nueva York Guty Cárdenas; Manuel Manzanilla Martínez compuso el bolero Castillo de cenizas, Efraín Pérez la canción Alma. Varios ecuatorianos pusieron música a poemas de Rosario: Carlos Brito Benavides a Sombras, Imploración de amor y Alas rotas; Constantino Mendoza Moreira a Tengo celos; Francisco Paredes Herrera a Yo sé que volverás y a Mientras tú me querías; Carlos Vieco a Miedo de amar; Carlos Solis Morán a Deseo y Ambición; Carlos Rubira Infante a Alondra fugitiva y Francisco Villacrés Falconi a Cuando tú me querías. Todo esto sucedió entre 1924 y 1931.

En 1998, Luis Felipe Castillo también musicalizó la clave A Mérida y el bolero No importa; en 2004 Ligia Cámara compuso los boleros filosofía y sinceridad, y Angélica Balado el son Gitana. Da fe de estas composiciones musicales con letra de Rosario Sansores el Álbum de canciones yucatecas preparado por Luis Pérez Sabido y Pedro Carlos Herrera López, también de la Biblioteca Básica de Yucatán, del año 2012. Esta información privilegiada se la debo a los maestros Elly Marby Yerbes Ceballos y José Medina Vázquez.

Artículo publicado en Diario de Xalapa el 28 de julio de 2014.




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